Una de las areas de interés dentro del proyecto era propiciar una apertura de la comunidad al desarrollo del Museo mediante su participación en diversos talleres teóricos y prácticos, lo que propiciaría hacerlos partícipes, identificarse, y de este modo ayudar en la preservación, defensa y difusión de las obras.

La idea básica era que Ellos a través de estos talleres serían los generadores de las imágenes o bocetos a pintar en los muros y colaborar además en su realización. La realidad como siempre se impuso y modificó algunos aspectos de la idea original, los talleres recibieron principalmente niños y adolescentes, esto limitaba el amplio potencial de imágenes para trabajar y por lo tanto tuvieron que ser generadas por los mismos artistas en base a temas planteados y de este modo lograr los resultados a la vista.

Por otra parte y dado el uso de andamios, por razones de seguridad se limitó la participación efectiva de los vecinos en el mural mismo, además a los artistas les parecía agradable recibir apoyo en el muro pero a su vez no les acomodaban manos que no calzaran con su estilo particular o sus tiempos.

Por lo tanto los talleres participativos se reorientaron a ser prácticos, en las plazas y pasajes de la población, aprovechando de limpiar y embellecer algunos muros, conversar en el proceso con los vecinos sobre el Museo, y además transmitir conocimientos de arte muralista, graffiti y stencil, todo con mucho relajo y diversión en su desarrollo.

Esto generó un real interés de los niños y adolescentes participantes, también de sus familias y vecinos presentes, en perspectiva los ajustes realizados enriquecieron la idea básica y ayudaron al fortalecer al naciente Museo en La Población y permitieron por sobre todo que artistas de nivel pudieran reflejar su calidad con mayor libertad.

Este proceso participativo concluyó con el taller de Serigrafía del Maestro y Director de Arte del Museo Alejandro “Mono” Gonzalez que no estaba programado dentro del proyecto oficial, y que se realizó en la sede del Club Dptvo. Tristan Matta y tuvo un éxito rotundo, ahí los adultos eran la mitad y con un entusiasmo que contagiaba.